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Un Líder de Alabanza Efectivo


El líder de la alabanza es un siervo que, usando sus dones y habilidades, conduce a los congregados a elevar sus alabanzas con sacrificio de labios al Creador. Es también la persona en la cual se confía que haga un buen trabajo conduciendo a la hermandad en una de las expresiones públicas de devoción.

Si entendemos la alabanza en sus 3 dimensiones (Exaltación a Dios, Edificación a la congregación y testimonio de fe) podremos ver que el líder de la alabanza debe esforzarse y prepararse lo mejor que esté a su alcance y de acuerdo sus talentos se lo permitan.

En este contexto, debemos entender, que si ponemos especial cuidado en se enseñará en nuestros mensajes y clases bíblicas, debemos tener este mismo cuidado al designar al responsable de conducir los himnos y cantos de alabanza. Si nos aseguramos de que un mensaje sea bíblico, doctrinalmente correcto, oportuno, que anime e inspire… ¿Porqué no nos hemos de preocupar de que nuestro nuestros cantos reúnan los mismos requerimientos? Es decir que ¿Debería nuestro director de cantos escoger los himnos que sean de ánimo, consuelo y edificación? ¿Deberían estos cantos ser los más apropiados en determinado servicio de adoración?

Muchos ministros o iglesias, antes ceder el espacio del púlpito a un predicador invitado o a uno de sus miembros, se aseguran que tal cual persona haya asistido a una Escuela de Preparación para Predicadores o que el contenido de su mensaje es bíblico, doctrinalmente correcto y no confunda a la audiencia. Si la iglesia requiere el servicio de un evangelista o un predicador, indaga muy bien acerca de sus capacidades, experiencia y preparación en cuanto a la obra del Señor. Nadie puede objetar que esta congregación tiene la actitud correcta y que esto garantiza la edificación de la congregación. Entonces, ¿Por qué no hacemos lo mismo con quienes conducen las alabanzas?

A continuación hay 5 ideas que nos ayudarán a tener un mejor panorama de las características de un buen director de alabanzas.

Corazón De Servicio. Conozco muchos jóvenes que tienen el talento para el canto, pero no están motivados a servir en la alabanza. Otros sienten que son tan talentosos que la congregación no valorará sus dones. Recuerde, el líder es un siervo con cualidades especiales, una de estas es la humildad y su deseo de servir al cuerpo de Cristo.

Un Verdadero Adorador. No es suficiente que alguien sea bueno para cantar. Su relación personal con el Señor se refleja en su vida práctica. Él no es un solista al que van a ver o escuchar, Dios es la audiencia. El líder de cantos debe pensar que conduce las alabanzas como un acto de adoración personal y colectivo. Personal porque usa sus talentos para honrar al Señor. Colectivo porque con estos talentos conecta su corazón con los demás y juntos ofrecen en un sacrificio sincero a Dios.

Un Siervo Preparado. No solo cantar bonito es suficiente para ser director de alabanza, tampoco el solo tener la preparación espiritual es suficiente. El director de cantos debe tener buen oído musical y cantar afinado. Contrario a los que muchos creen, el hecho de que nuestra adoración sea acappella, exige preparación. El director deberá hacer todo lo que esté a su alcance para desarrollar su talento musical (clases de canto o incluso de algún instrumento). David puso a Quenanías como líder de la alabanza porque “era entendido en ello” (1 Crónicas 15:22). Esto debe ser tomado con seriedad, y un buen director no es aquel que “se sabe todos los cantos”.

Muchas congregaciones insisten en los “roles de participación para los varones”. Si creemos al apóstol Pablo, cada miembro tiene una función específica y no todos “sirven para todo” (1 Corintios 12:4-7, 30, 32). Habrá buenos dadores de anuncios, pero malos predicadores, habrá buenos predicadores, pero malos cantantes, habrá buenos cantantes, pero malos oradores. Use su mejor elemento, si no los hay, sea paciente, a su tiempo el Señor bendecirá la congregación con convertido con el talento musical. ¿Cómo lo encuentro? Programe un taller de dones y descubrirá muchas agradables sorpresas, una vez detectado, no se siente a ver qué sucede ¡Asegúrese de prepararlo! Al talento hay que agregarle entrenamiento, herramientas que le ayuden a hacer mejor su trabajo. Erróneamente en los últimos años hay hermanos que enseñan cantos, pero no dan las herramientas para preparar verdaderos directores. Hoy están disponibles varios recursos para aprender música a un costo accesible, incluso gratis en su ciudad o aun en el servicio de internet. La iglesia debe invertir para preparar a sus miembros con talento del canto. Cualquier curso de solfeo por sencillo que parezca, es un buen inicio en la preparación de un líder de alabanza.

Conocedor de las Escrituras. El director del canto debe seleccionar muy bien su repertorio. Abundan cantos con bonita letra, melodía pegajosa o simplemente son del cantante evangélico de moda. Debemos cuidar que la letra sea de acuerdo a la doctrina bíblica, que exprese las verdades de nuestro Dios. Esto aun para los cantos de jóvenes, niños o de cualquier otra actividad que no sea específicamente de adoración. Aunque hay cantos usados en ocasiones no formales como cumpleaños, juegos en grupo o esparcimiento, estos deberían ser siempre con un mensaje correcto que no comprometa una verdad bíblica. Los versos que entonamos no deben propiciar ninguna confusión teológica. Recuerde que con las alabanzas adoramos a Dios, enseñamos a los creyentes y anunciamos nuestra fe. Este debe ser su respaldo bíblico para poder alabar al Señor en forma, propósito, contenido y contexto.

Capaz de Trabajar en Equipo Es importante entender que no está solo y que debe trabajar coordinado con los demás ministros de la iglesia, especialmente con el predicador. Muchas veces hacemos de la adoración un conjunto de actos a los cuales ponemos una marca como si fuera la lista de compras. La adoración debe ser un tiempo único y de unidad donde cada parte de ella puede ser enlazada y realzada con cantos oportunos y apropiados al momento. Esto exige que preparemos un programa de adoración donde escojamos los cantos más propicios para lograr una mejor adoración que glorifique a Dios, edifique y consuele al pueblo de Dios y anuncie nuestra fe en Dios a los no creyentes.

El director de alabanza que anhela crecer y no se conforma solo con dirigir los cantos, buscará cumplir una función más amplia, buscará prepararse y aprender de otros. Si este es tu deseo, te felicito por tomar el desafío. Me gustaría conocer tus opiniones, experiencias y tener la oportunidad de crecer juntos.

Espero tus comentarios.

Que el Señor te bendiga.

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